lunes, 26 de octubre de 2009

Tercera... y no la vencida.

En esa travesía de descubrir/ me, llego a un tercer punto más que impotante: el miedo a las palomas.

¿De dónde proviene esa fobia? ¿Qué parte de mi, no quiere volar? ¿Por qué le temo a seres alados? En esta búsqueda, no puedo cruzarme con palomas: me generan asco sus ojos (por lo que para mí estan poseídas por el demonio), sus patas son horrorosas y ni que hablar de su plumaje; toda parte de su ser me genera rechazo.

¿Cuál será la semejanza en la vida entre las palomas y mis miedos inconcientes?
Creo haber llegado a la conclusión que es el miedo a volar, a ser yo misma, a poder expresarme libremente... Quizás sea al rechazo, quizás sea el éxito o el miedo a fracasar.

Demasiada sinceridad para un solo posteo...
Quizás sea mejor seguir evadiendo. Quizás llegará el momento de que Rocío quiera conocer a Rocío, y de que las palomas ya no me den más miedo.

Y se va la Segunda...

Y no me refiero a la Segunda Guerra Mundial... Aunque las búsquedas introspectivas pueden provocar un nivel de destrucción que se asemejaría al de la post- guerra.

En la primera, me referí casi exclusivamente a la generalidad de saber más sobre mí misma. Ahora, voy a abrir el juego, y aunque no tenga poker de ases, tentaré a los demás a que jueguen hasta el final (léase, que lean hasta el final esta entrada, aunque por momentos les resulte densa, pesada, casi como un problema listo para superarse con Activia).

No hay nada más complicado que ser nena y encima la mayor de la dupla hermanística (ese al menos es mi caso en particular).
Todos suelen decir que los hermanos menores quieren parecerse a los mayores y buscan ser como ellos (casi tan descabellado amor como el de Caín y Abel, o como las hermanas ketchum que hicieron un tema totalmente desquiciado o aún peor, los hermanos Goya de Agrandadytos con su relación amor- odio), pero no. Mi teoría es que, así como las palomas intentan conquistar el mundo (tema que prometo ahondar en breve, en algún sucesivo post) los hermanos menores traman hacer que los mayores mueran por la presión de los padres y de ellos mismos.

Tan maquiavélicos son, que mi segundo posteo es para ellos.
En este proceso de búsqueda, descubro que los hermanos son como la clave de muchas mochilas auto-impuestas (o que al menos creemos que nos las imponemos). Tenemos que ser un modelo para nuestro menores, tenemos que cumplir con los requerimientos paternales/ maternales, ser los primeros en llevar a casa novio/a, estudiar más allá del colegio e irnos antes de casa. En resumen, podríamos tener muchas menos presiones si no tuviéramos hermanos menores; y aún si no existieran (en el caso de ser hijos únicos) siguen siendo una gran molestia, dado que todas las responsabilidades continuarían recayendo en uno...

Si sos hermano menor, sabés de lo que hablo y de los privilegios con los que naciste.
Disfrutalos, en mi búsqueda yo trato de empezar a tenerlos ahora...

Primera Búsqueda...


A veces son inconscientes y otras, nos percatamos de estarlo haciendo.
Hoy por hoy, a los 23 años de edad, me doy cuenta de todas las ignorancias propias y de todas las mochilas ajenas que cargo; de cuántos anhelos desconozco y cuántos sueños he dejado de lado por mandatos.

Búsqueda introspectiva es una exclamación, un grito apenas audible de una parte de mi ser todavia desconocida, aún en construcíón, por así decirlo. Un día quizás sea escritora, dibujante, poeta, periodista; cada día puedo conertirme en una profesional distinta y tratar de encontrarme en cada una de esas facetas.
Es tratar de volver a la fuente, ser niña y ser mujer en un dilema apenas visible, pero sin confrontación; algo así como la convivencia que dejamos de lado al abandonar la fantasía y la ilusión que nos permiten soñar, conjugadas con la experiencia y la breve madurez que se me permite -o quiero- tener.

Esta es mi búsqueda, tardía, oportuna o quizás temporalmente correcta; pasa ahora, está sucediendo. Y creo estar lista para descubrirme.